Lo único constante es el cambio

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Hace unos días escuché la frase de “lo único constante es el cambio” y cuánta verdad hay en esas 6 palabras. De eso se trata la vida, los proyectos y el mercadeo, de evolucionar o de cambiar cada vez que sea necesario.

Voy a contarles 3 historias de mi vida que hacen referencia a la importancia del cambio.

  1. Cambio de cultura

Irme a vivir a Madrid y dejar el país que me enseño todo durante 32 años ha sido un cambio que me ha sacado de la zona de confort.

Madrid es…

  • Donde los vegetales y las cosas se llaman diferente
  • Donde el primer piso es el número cero
  • Donde llega el año nuevo primero que donde nací
  • Donde las marcas y productos son distintos, con colores y composiciones diferentes
  • Donde hay estaciones
  • Donde prefieren el vino con jamón que una lulada con empanadas

Es una ciudad con un tamaño muy similar a Cali, pero con grandes diferencias culturales que hoy toman mucha importancia para mí, sobre todo en seguridad y calidad de vida.

Una ciudad donde el peatón tiene prioridad, la policía es autoridad y donde las normas son para cumplirlas y no tienen negociación. Y si me preguntan, eso es lo que quiero para mi futura generación, a pesar de las dificultades que pueda significar en este momento.

  1. El significado del éxito.

En casa me enseñaron que debía estudiar para lograr un buen trabajo y permanecer años en la misma empresa para lograr una “buena vida”, para mi familia el significado de éxito era algo así como estudiar, trabajar, conseguir dinero y tener hijos.

Yo sí que he hecho caso, hoy tengo dos pregrados, dos especializaciones y una maestría, además en mi último trabajo estuve durante 10 años consecutivos, compré el carro de mis sueños, conocí muchas ciudades en mi país e hice múltiples viajes internacionales. Tener hijos fue lo único que me faltó.

 

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Para mis padres y su generación si no trabajas en una gran empresa, si no cumples un horario laboral y demás no hay éxito.

Esa idea de éxito ha cambiado, la pandemia del COVID nos lo enseñó. La posibilidad de trabajar desde cualquier lugar del mundo nos permitió entender que la productividad no es igual a 8 horas de trabajo en una oficina, de que emprender es una opción muy válida, pero sobre todo nos hizo reevaluar el significado de felicidad.

De ver si eso que hacemos es realmente lo que queremos y nos motiva a levantarnos cada día, también a considerar la importancia de la conexión social, del tiempo personal, que por falta de tiempo al estar trabajando no le damos prioridad.

Hoy disfruto haber hecho una pausa laboral y de todo aquello que me gusta y dejé de hacer por trabajar. Las pausas son necesarias y la adaptabilidad me ayudará a dar el siguiente paso cuando sea necesario.

  1. La importancia de descansar


    Muy relacionado a la anterior historia, en esa dinámica de trabajar y trabajar, descansar está mal visto. Se piensa que “descansar es para los ricos”, si tomas una temporada de vacaciones muy larga tienes el riesgo de ser reemplazado. Por eso, en Colombia un común denominador es que las personas tengan muchos días acumulados de vacaciones y el trabajo sea la mayor prioridad. Incluso los hobbies no tienen mucho lugar.


    El tema de salud mental hoy toma relevancia, tal vez por consecuencia de lo vivido con el COVID. Este es uno de los grandes retos de las organizaciones al tener trabajadores o consumidores que empiezan a cambiar sus prioridades y a dar importancia a tener bienestar en las demás facetas que tiene cada persona en su vida.

    Tener tiempo para ir al gimnasio, al médico o al psicólogo es algo que debería ser normal. El bienestar debería ser nuestra prioridad y la prioridad de las empresas en la que cada uno trabaja.

Como lo dice Pepe Mujica “Cuando tú compras con plata, no compras con plata, compras con el tiempo de tu vida que tuviste que gastar para ganar esa plata” y el tiempo no se recupera.

Como vemos el cambio es necesario. El reto está en cómo lo enfrentamos o que negociamos en el camino.

Y tú, ¿Qué opinas?

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